Finalmente Sherazade conoce a la pequeña Nilufer, hija de Onur. Ese encuentro casual la movilizará profundamente.
Sherazade vuelve a la casa compartida con Onur y tiene un encuentro casual con Nilufer, la pequeña hija de su amado. Al conocerla, su enojo inicial muta en empatía y ternura por aquella niñita que se encuentra sola en el mundo y cuyo único sostén ahora es Onur. La joven arquitecta se sentirá muy movilizada y se replanteará su, hasta el momento, impertérrita postura.
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