Cuanto le debe a su lunar?
Malena Solda se niega a responder la última pregunta de la entrevista con LA NACION, aduciendo que, si así lo hiciera, sus amigos no se lo perdonarían nunca.
"Una vez hice un comentario al respecto en una nota y me defenestraron, así que no voy a agregar nada más", se justifica casi con timidez, después de soltar la carcajada.
Pero algún piropo le habrán dicho.
-Algún piropo, no. De verdad: mis amigos me defenestran.
Acaba de finalizar el ensayo de Inventarios , de Philippe Minyana, y Malena todavía lleva puesto el vestuario de su personaje, Angela, un vestido impecable de color pastel de los años 50. A pesar de la insistencia, no hay forma de persuadirla para que cuente qué dijo en aquella entrevista, aunque queda claro que desde su debut en Montaña rusa , allá por 1994, ese lunar junto a su boca no ha pasado inadvertido.
Con dirección de Gonzalo Martínez, la obra que protagoniza junto a Verónica Pelaccini, María Laura Santos y Alfredo Staffolani se presenta en la Ciudad Cultural Konex y plantea una competencia de palabras entre tres mujeres que van a contar sus experiencias de vida a un programa de televisión, con un conductor encargado de dosificar sus intervenciones de manera caprichosa, al menos arbitraria. La puesta se completa con una serie de pantallas instaladas por el artista plástico Ian Kornfeld, que apoyan sus relatos con imágenes y sonido.
"Están compitiendo por algo que no se sabe muy bien qué es, pero tienen ese momento para contar lo que ellas creen que puede interesarle al público sobre su vida. A veces se acuerdan de cosas que pasaron hace 10 años; luego, de algo que ocurrió hace 5 o que sucedió hace 30. Pero, en realidad, no es tan importante seguir el relato, que es muy difícil porque son muchos datos, sino lo que transmite cada una, los sentimientos, sus emociones", explica la actriz, que comenzó a estudiar teatro con Hugo Midón a los 9 años y en 1994 debutó en la TV ingresando al elenco protagónico de aquel éxito de la tarde de Canal 13 que también protagonizaban Gastón Pauls y Nancy Duplaá. En 2007 estuvo a punto de convertirse en chica Bond. Quedó preseleccionada entre las tres finalistas, aunque en la etapa final del casting, que se llevó adelante en Londres, el rol se lo quedó la ucraniana Olga Kurylenko.
"Cuando era chica, la actuación era un juego. Ya soñaba que iba a ser actriz, y disfrutaba mucho de estar en las clases, en la escuela de Hugo. Después empecé a trabajar y bueno, depende de dónde, con quién, el trabajo como actriz se resignifica todo el tiempo. Una cosa es el teatro off ; otra, el teatro oficial; otra, el comercial, la televisión, el cine o el cine independiente. Fui buscando mi lugar y lo sigo buscando todavía", relata la actriz que en junio de este año también volverá a la pantalla grande cuando se estrene Juntos para siempre , de Pablo Solarz, que protagoniza junto a Peto Menahem y Florencia Peña. Además, en 2010 grabó Guita fácil , una miniserie de 13 capítulos con Carlos Portaluppi, que no se estrenó todavía, y participó de La mala verdad , una película de Miguel Angel Roca, que hizo junto a Alberto de Mendoza, y tampoco se estrenó en la Argentina, pero sí en Málaga, donde ganó un premio a la mejor película elegida por el público.
A lo largo de una carrera profusa en teatro, cine y TV, Solda estudió a las órdenes de distintos maestros, desde Cristina Banegas hasta Julio Chávez, pasando por Luis Romero, Ana Inchausti, Doris Petroni, Cristina Moreira y Helena Tritek. En 2005-2006 viajó Inglaterra, donde se perfeccionó en teatro clásico en Lamda (London Academy of Music & Dramatic Arts), una experiencia que la marcó para siempre.
"Viajé en un momento en que estuve haciendo mucha televisión, con un ritmo medio frenético, y entré un poco en crisis con mi trabajo; no sabía para qué lo hacía, porque no encontraba placer en la tarea. Me acuerdo de que un día, en una clase, fue muy claro: no el para qué, sino el porqué. Lo sentí en el cuerpo, tenía la misma sensación de cuando iba a las clases de Hugo. Era placer; era juego. Hoy, la actuación, para mí, sigue siendo un juego, y si no lo disfruto como un juego, no tiene ningún sentido."
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