Aunque «Argo» cuenta con siete nominaciones a los Oscar, él no opta a las categorías de mejor director ni actor. Eso sí, puede arrebatarle a «Lincoln» la estatuilla a mejor película

Hollywood bulle en la semana de los Oscar. Los actores, directores y productores se entregan en una carrera desenfrenada por promocionar sus películas y compartir el éxito con el resto de la industria. Ben Affleck, director de «Argo», y George Clooney, productor de la cinta, se sentaron con un grupo de periodistas en el hotel Beverly Hilton para hablar del que ha sido el filme sensación del año. Sin remordimientos, Affleck cuenta lo que ha significado para él verse excluido de la lista de los cinco mejores realizadores. Lassiete nominaciones conseguidas (incluida mejor película) son recompensa suficiente. Clooney no esconde su decepción, aunque, como Ben Affleck, piensa en ganar hoy y disfrutar todo lo que han conseguido gracias a «Argo».
La historia de la cinta comienza en 1979. Tras la caída del Sha de Persia, la embajada norteamericana es tomada por un grupo de iraníes. Seis miembros del cuerpo diplomático consiguieron escapar y esconderse en casa del embajador de Canadá. El Gobierno deWashington encargó a la CIA su rescate y la única opción fue organizar una producción cinematográfica fantasma.
-Muchos aseguran que éste es su año, un regreso a los orígenes después de sus años de playboy en Hollywood. ¿Se recicla como director?
−Ben Affleck: Está diciendo muchas cosas en una misma frase. Yo he tratado de hacer una película con actores de mucho talento que trabajaron muy duro. Me siento orgulloso del resultado, de los productores, de todo el grupo que me ayudo a hacer posible este proyecto. Hoy quiero disfrutar, celebrar la película. Estoy muy agradecido por las nominaciones de «Argo».
-¿Qué le consuela? Se lo pregunto porque no ha recibido la nominación a mejor director.
-«Argo» no fue una película fácil de rodar. ¿Cuál fue su mayor obstáculo?
−B. A.: Como realizador, tratar de darle al filme tres tonos distintos y que todos tuvieran coherencia. Tuve la suerte de contar con el apoyo de grandes productores que me ayudaron a organizarme. «Argo» fue un leviatán, un continente lejano, ciudades distintas, cientos de extras. Lo terminé bien, tuve suerte y estoy contento.
-¿Le influyó el filme «Todos los hombres del presidente»?
−B. A.: Sí, sobre todo en aquello que respecta a las secuencias de la CIA. Emulamos desde la forma de hablar hasta el color, el tono, la textura de los setenta, la forma en que los hombres se movían y comportaban. Fue una era en la que los hombres dominaban las oficinas. No había mujeres, a excepción de la secretaria. Me inspiré en «Todos los hombres del presidente» porque es un ejemplo perfecto de ese momento de la historia.
-Usted siempre parece estar feliz, ni la Academia de Hollywood le entristece.
−B. A.: Soy miembro de la Academia. Me han nominado en otras ocasiones. La Academia ha hecho grandes películas sobre el amor y soy un gran admirador de ella. Estoy agradecido por lo que me han dado y me siento muy orgulloso de mi trabajo, se me reconozca o no.
-George, como productor, ¿por qué eligió a Ben para dirigir «Argo»?
−George Clooney: Era barato y estaba disponible (bromea). Ben ha hecho un par de películas muy buenas. Una de las razones por las que le admiro es el estado de su carrera personal. Como actor, se ha encontrado en la cárcel, nadie quería trabajar con él, todos hemos pasado por eso. Yo lo pasé cuando hice «Batman y Robin», créame. Cuando las cosas no van bien, a veces echas a correr y otras te reinventas, que es lo que ha hecho Ben. Dirigió «Gone Baby Gone», que es un filme maravilloso y funcionó en la taquilla. Luego rodó «The Town. Ciudad de ladrones» y fue un éxito. Ben siempre ha trabajado en la dirección adecuada. Ahora, con «Argo», ha hecho muchísimo dinero y eso es importante en esta industria. No nos engañemos. Yo me siento muy orgulloso de haber trabajado con Ben a pesar de todo lo que le odio (bromea).
−B. A.: Decidí rodar «Argo» porque me pareció un gran reto. Un filme muy difícil de hacer, de navegar, de vender. George y Gran Heslov han utilizado todo su poder y su talento comprometiéndose con el filme. Me han llevado en volandas, porque ellos han hecho este tipo de películas antes y han triunfado en el intento. George no solo como productor, sino como director y como actor.
-Ha pasado mucho tiempo desde que ganó el Oscar como guionista con Matt Damon. ¿Qué ha aprendido de la industria del entretenimiento en estos años?
−B. A.: No se crea que he aprendido tanto. No lo sé. Ahora tengo más arrugas que hace quince años, pero dejando eso a un lado, lo único que realmente importa es ser auténtico con tus principios. Trato de elegir bien lo que hago y, sobre todo, me rodeo de un gran equipo. Es el trabajo de todos lo que se ve reflejado en pantalla. Nada de lo que ves es mentira. Cada uno de los que han participado en «Argo» lo ha hecho de una forma genuina, creyendo en el proyecto, y eso siempre se percibe.
-George, ¿qué opina de la Academia al dejar a Ben fuera de las nominaciones al Oscar?
−B. A.: George está siendo honesto y para mí es uno de los hombres más inteligentes que hay en cuanto a navegar la política de Hollywood, donde hay un sinfín de elementos que hay que tener en cuenta. George es un estratega brillante y sabio. Lo digo para avergonzarle. Estoy totalmente de acuerdo con él en que tenemos que recordar y centrarnos en las siete nominaciones que hemos conseguido. Siempre pensar en positivo. Es maravilloso, maravilloso y excitante. No pienso quedarme frustrado por la nominación que no conseguí. Tampoco me la dieron por mi interpretación y nadie se ha sorprendido. Estamos muy orgullosos de «Argo». No quiero que hoy se hable de mí, sino de la película.
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