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Viggo Mortensen: La estrella anti-divo del cine

Viggo Mortensen presentó  ‘Jauja’ en la sección Horizontes Latinos. 




Ganadora del Premio FIPRESCI en Un Certain Regard en Cannes, la última película del argentino Lisandro Alonso nos hace viajar hasta la Patagonia de finales del siglo XIX y ofrece al espectador una experiencia estéticamente muy estimulante, aunque narrativamente algo desconcertante. El actor  hablo de su película, que llegará a las pantallas el próximo mes de diciembre, y de su gusto por la aventura y el juego de interpretar.
Me gusta ‘Jauja’, es buena película: el desafío, la hoja de ruta, el guión, o más bien la idea de Lisandro… Soy amigo del coguionista (se refiere a Fabián Casas, poeta, escritor y compañero de Mortensen en donde hablan de filosofía, literatura, cine… y fútbol). Ya conocía el cine de Lisandro y me interesaba. Sabía que nunca trabajaba con actores, pero que en esta ocasión sí quería hacerlo. Y que tiene una mirada muy distinta, singular y hermosa. Me sumé y aporté todo lo que pude, y entre todos hemos logrado algo imprescindible a la hora de crear una obra, que es darle un valor universal desde el detalle, desde lo preciso.

Sí, tienes una ventana limitada en el tiempo para contar algo que uno espera que perdure, y hay que aprovechar la oportunidad. Y con un director abierto, como Lisandro, es más fácil. Él puede aprovechar lo que le parezca. He trabajado con cineastas inseguros, que desconfían, rígidos, y hay que aguantarlos y cumplir con lo que quieren. Pero prefiero a los que escuchan, me divierto más. En cualquier caso, creo que lo importante para el actor es ser flexible. Hay intérpretes muy buenos, que se preparan muy bien técnicamente, por su cuenta, y que no van a cambiar. Creo que es una pena para ellos, se pierden lo más hermoso del oficio: jugar, estar abierto y dispuesto a responder ante lo que te ofrecen los demás. Es más divertido, y los regalos que te da la profesión no te llegan si no eres flexible.
Yo no lo planeo, pero supongo que a veces he hecho elecciones profesionales desconcertantes. Nunca me he esforzado particularmente para cambiar de rumbo en cada película. Me gusta participar de aventuras como esta (‘Jauja’ se rodó en la Patagonia, con un equipo muy pequeño y prácticamente incomunicado), siempre me ha gustado viajar desde niño y me he acercado a culturas diferentes, que me han hecho más abierto. Y el actor que no es abierto, está muy limitado, porque hay que querer entender el punto de vista del personaje que interpretas, que a veces es muy distinta a la de uno. El trabajo del actor es mantener esa flexibilidad.
En Estados Unidos se hace de todo. Aunque en el sistema de estudios es más complicado, porque tratan de contentar a la máxima cantidad de público posible y recaudar la mayor cantidad de dinero posible. Y complacer a tanta gente hace muy difícil hacer un producto singular que tenga profundidad y entidad. Quizás Cronenberg sea de los pocos que lo consiguen: tanto ‘Promesas del Este’ como ‘Una historia de violencia’ eran películas de estudio, pero con personalidad propia. David hace siempre la película que quiere hacer, cambiando de registros y géneros. Es posible, pero necesitas a un director con la fortaleza suficiente para mantener su mirada contra viento y marea.

Millones de personas vieron ‘El Señor de los Anillos’, una saga que me ha dado muchas oportunidades. De todos modos, hay un buen indicativo de cómo me ve la gente: cuando en un festival como este, por ejemplo, salgo a la calle y me dan fotos para firmar, me fijo en lo que hay. Y antes había más de Aragorn que ahora: la cosa ha cambiado, y encuentras de todo, desde fotos de ‘Alatriste’ a ‘La carretera’ o ‘Appaloosa’. La gente no sólo piensa en mí como Aragorn, aunque soy consciente de que lo primero que piensan sí es en Aragorn.

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